Composición del tren
En 2025 el Tren de la Fresa está formado por un furgón y un vagón de los años 60, cuatro coches de madera de los años 20 denominados ‘Costa’, y un coche metálico de pasillo lateral de los años 40.
				
 
				
				Recorra por dentro todo nuestro tren.
Coches ‘Costa’
Los coches “Costa” que integran la composición del Tren de la Fresa, fueron parte de una serie de coches construidos para los servicios de cercanías de la Compañía MZA (Madrid-Zaragoza-Alicante) entre 1914 y 1930. Son coches de madera ya que MZA nunca empleó coches metálicos por considerarlos demasiado calurosos para sus líneas del sur. Están dotados de plataformas abiertas con balconcillo en los extremos. En su origen tenía un sistema calefacción de vapor y alumbrado de gas, que posteriormente fue sustituido por alumbrado eléctrico.
Se denominan así porque entre sus servicios más habituales se 
				encontraban los de cercanías de la costa catalana: Barcelona a 
				Mataró, Sitges... Fueron empleados como material de cercanías o 
				trenes de servicio interno hasta finales de los años 60. En los 
				años 60 del pasado siglo se salvaron cuatro de estos coches para 
				su uso en rodajes de películas del Oeste, y gracias a este uso 
				cinematográfico se han podido incorporar a este tren.
	          
				
				De ellos, el CC-2435 fue construido en 1923 por la Sociedad de 
				Material para Ferrocarriles y Construcciones para la Compañía MZA. 
				Cuenta con 92 plazas en asientos de listones de madera, 
				distribuidos en un único espacio con pasillo central. Por su 
				parte, el CC-2375 fue fabricado en 1920 por la American Car and 
				Founfry Export Company, de Nueva York, para MZA. Muy similar al 
				anterior, es de destacar en este vehículo su techo abultado, 
				característico de los coches de fabricación norteamericana. 
				Estuvo adscrito al Servicio Militar de Ferrocarriles, donde 
				prestó servicio como coche escuela (VE‐6M) y donde fue 
				restaurado para formar parte, desde 1985, de la composición 
				habitual del Tren de la Fresa del Museo del Ferrocarril de 
				Madrid.

Coche de 2ª Clase BB-5045
				Este coche formó parte de la Serie 5000 formada por 345 coches, 
				una de las primeras series de coches metálicos encargados por 
				RENFE. Construido como coche de 2ª clase en el pedido de 66 
				coches (BB 5001 a 5066) entre 1947 y 1953, petición que se 
				completaría con otros 25 coches entre los años 1962 y 1963. Con 
				estos coches RENFE introdujo masivamente el uso de la 2ª clase, 
				pues las antiguas compañías ferroviarias prácticamente no las 
				utilizaban.
				
				La fabricación de la primera entrega de estos coches fue 
				realizada por Astilleros de Cádiz, Devis y Macosa (Barcelona y 
				Valencia). Mantiene el aspecto novedoso de su época, con puertas 
				de acceso más adelantadas hacia el final del coche, y 
				plataformas más espaciosas. Pintado en color verde oliva con 
				unas franjas amarillas por debajo de las ventanas y unos 
				“fileteados” amarillos que enmarcaban los laterales.
				
				Cuenta con un pasillo lateral al que se accede a ocho 
				departamentos, con ocho plazas cada uno, un total de 64 plazas, 
				que en origen eran de tapicería en tela, pero fueron retapizados 
				en la década de los sesenta con escay verde. Este coche fue 
				modernizado en los años 80 para una fallida exportación de 
				material a Cuba, de la cual queda una mejora de confort en sus 
				asientos.
Furgones
Junto a estos coches nuestro tren cuenta con dos furgones de servicio. Por un lado, un vagón de mercancías de los años 60, de la serie J-400.000. Son vagones cerrados diáfanos, en cuyo interior se ha transportado de todo en su larga historia ferroviaria. Productos agrícolas, pescados, piensos, maderas, abonos, maquinaria, ganado… Es un tipo de vagón que define al transporte de mercancías ferroviarias y que en nuestro tren juega el papel de furgón de servicio, energía y taller.
Junto a él, un furgón de la serie DV de Jefe de Tren. Acompañaba a trenes de mercancías y viajeros. Además de poder llevar paquetería, contaba con un pequeño despacho para el Jefe de Tren y sendas jaulas para el transporte de mascotas. Como seña característica, cuenta con dos “vigías”, ventanas que sobresalen de la caja del furgón para que el jefe de tren pueda vigilar el tren a salvo de las inclemencias meteorológicas.
